¿Cómo es tu respiración ahora?
Igual te extraña mi pregunta, pero, es que respirar es lo primero.
Hoy quería hacer algo sencillo, que me resultara fácil, que me resultara agradable, que pudiera disfrutar porque no siempre me resulta simple escribir un post.
Enfrentarme a la página en blanco a veces es fiel reflejo de como estoy yo, en blanco, vacía de ideas o a veces demasiadas ideas.
¿Cómo concretarlas? ¿cómo desarrollarlas?
Dejarme llevar, escribir a borbotones para después seleccionar, ordenar, enriquecer, poner bonito.
Sencillo, simplemente lo que ha habido, la experiencia, y ahí me ha surgido el tema.
Respirar, algo que todos conocemos, que es sencillo, que todos hacemos desde que nacemos hasta que nos morimos, por lo tanto tenemos experiencia en el tema.
Y de tan simple que es, de tan automático que es, apenas le prestamos atención.
Y, ¿si le prestamos atención?
¿Cómo es tu respiración ahora? ¿qué es lo que descubres?
- no me llega el aire
- respiro entrecortado
- he dejado de respirar
- mi vientre se hincha cual globo al llenarlo de aire y me viene un bostezo
- según cómo estoy, así respiro
Oh! ¿que barbaridad! No me había dado cuenta hasta ahora.
No se a ti, pero a mi me ha pasado en más de una ocasión descubrir que no respiraba.
Y también he descubierto que cuando me ayudo de la respiración todo es más fácil y sencillo.
Parece tan obvio, pero de tanto que lo es se te ha podido olvidar o simplemente no te lo has planteado. ¡Tengo cosas más importantes!, puedes decir.
De forma natural dejamos de respirar por unos segundos cuando nos asustan, cuando hay un peligro, como si quisiéramos que ni siquiera nuestra respiración pueda delatarnos y así hacernos invisibles. Es automático.
¿Cuantas veces dejamos de respirar y no hay ningún peligro?
¡También cuando hago fuerza! Aprietas la boca, lo mandíbula, frunces el entrecejo, subes los hombros y dejas de respirar. ¿para qué?
Automático vs Control
La respiración al igual que otras funciones de nuestro cuerpo como la digestión, está controlada por el sistema autónomo, es por ello que lo hacemos de forma automática y no tenemos que pensar en respirar.
La respiración es básica para poder vivir, no sólo para que nuestro organismo funcione la parte física sino que juega un papel importante en nuestra emociones.
Desde el minuto cero al llegar al mundo el bebé empieza a respirar sin que nadie le enseñe. La respiración de un bebé es profunda utilizando toda la capacidad respiratoria, se hincha el vientre y utiliza el diafragma. Es amplia, pausada, profunda.
A medida que crecemos se producen cambios en nuestra manera de respirar y cuando llegamos a la edad adulta la respiración suele ser más superficial.
Sin embargo, sobre la respiración podemos ejercer un control de manera consciente y es por ello que se utiliza como técnica para combatir el estrés, la ansiedad y cambiar el estado emocional para conseguir un mayor bienestar.
En muchas ocasiones el control emocional a través de la respiración se hace de manera inconsciente, la consecuencia inmediata es que se reduce el nivel de energía y el sentir. Es un aprendizaje que se realiza a lo largo de años sin darnos cuenta.
Si respiras libre y plenamente, tu energía será fuerte y tendrás una gran capacidad para sentir.
Si se corta la respiración o se disminuye también estarás bloqueando tus emociones, tu expresión.
Dime como respiras y te diré como estás
Una respiración superficial corta, centrada en la parte superiordel torax, es la que se suele dar en estados de ansiedad, estrés, frustración,miedo.
Además suele ir acompañada a nivel corporal de un tronco encogido y hombros hacia adelante.
Una respiración abdominal, profunda, amplia con mayor aporte de oxigeno y de energía suela acompañar a alegría, ternura, satisfacción. También a nivel corporal hay una mayor apertura y ensanchamiento del tórax.
La Mejor Herramienta Que Ya Tienes
Sin lugar a dudas la Respiración es la mejor herramienta que puedes utilizar en multitud de ocasiones y situaciones:
- tranquilizarte cuando estás nerviosa
- reducir tu nivel de estrés
- incrementar tu energía para un último esfuerzo en tu día
- tomar consciencia de cómo esta tu cuerpo, tu mente, tu ánimo
- centrarte en la tarea que estés haciendo
- tomarte un descanso
- estar en el presente
- vaciar tu cabeza
- eliminar tensiones
Dos pasos simples y sencillos:
Como te comentaba al principio, mi objetivo era hacer algo sencillo y simple y eso es lo que te propongo que hagas para conseguir lo que comentaba más arriba.
Paso número #1#: Obsérvate
Sé que es algo que repito habitualmente pero es que es fundamental para darte cuenta de cómo sueles estar y que es lo que te pasa, cuales son tus hábitos. Y no sólo eso, sino también para detectar en qué momento necesitas tomar cartas en el asunto y hacer el paso siguiente.
¿Cómo estás respirando? ¿Cómo esta tu cuerpo? ¿Qué pensamientos tienes? ¿En qué emoción estás?
Paso número #2# : Respira
No de cualquier manera. Tomate unos minutos y si es posible en un lugar donde no te interrumpan (esto lo he hecho yendo en el bus) y pon atención a tu respiración como entra y sale el aire.
Empieza a poner la atención sólo en la exhalación intentando que esta sea un poco más larga cada vez y no pienses en la inhalación, se producirá de manera automática.
No he descubierto la piedra filosofal pero a veces es ¡tan simple!, lo tenemos tan cerca pero nos paramos tan poco que no somos capaces de verlo.
Si además utilizas la respiración con asiduidad y lo conviertes en un hábito, te aseguro que conseguirás incrementar tu energía, reducir tensiones, tener más claridad mental y cambiar tu estado anímico.
Ahora depende de ti de tu compromiso contigo misma y con tu salud y bienestar que lo practiques de forma regular.
¡Qué estés bien!!!