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viernes, 20 de marzo de 2015

Creencias

Lo que pensamos de nosotros mismos y de nuestro entorno es la verdad para nosotros. Son las creencias internas que se fueron conformando desde la infancia y son las que crean actualmente nuestras experiencias en el mundo material.
Las creencias son ideas cristalizadas en nuestra mente sobre determinados temas o cuestiones. Generalmente, como casi todo nuestro repertorio de respuestas grabadas en nuestro inconsciente, se crean en los primeros años de vida. El proceso se da de la siguiente forma: se nos dice algo o escuchamos una frase, habitualmente de una persona significativa de nuestro entorno; padre, madre, hermanos, profesores o similares, que afirman o niegan algún concepto sobre una persona, cosa o circunstancia.
Por ejemplo "si continuas llorando así te convertirás en un tonto", o "por lo menos eres lista, ya que de guapa nada".
Estas afirmaciones, conforme se reiteran o se enfatizan más, se van grabando en nuestro "disco duro" de la personalidad. Cuando más pequeños somos, cuando con la persona que nos lo dice tenemos un lazo afectivo más profundo, cuando ese discurso se prolonga en el tiempo y sistemáticamente, se graba con mayor precisión.
Es como un disco de música; cuando el cantante ensaya diariamente (discursos repetitivos), cuenta con instrumentos más adecuados (gestos, miradas, acciones) y lo hace durante un tiempo considerable para perfeccionarlo (años), mejor se graba. Después sólo resta insertarlo en un reproductor (mente), que alguien pulse el play (estímulo externo o interno) y escucharemos la música (creencias). Aún cuando esa música nos aturda, nos confunda y nos haga sufrir, continuamos escuchándola.
Así ocurre con nosotros; cuando a través de los años y reiteradamente escuchamos y/o vemos determinadas ideas y actos, éstos se graban impecablemente y después sólo resta apretar un botón, que puede ser un comentario, una palabra o un pensamiento, para que se active.
Lo que pensamos de nosotros mismos y de nuestro entorno es la verdad para nosotros. Son las creencias internas que se fueron conformando desde la infancia y son las que crean actualmente nuestras experiencias en el mundo material.
A partir de las experiencias infantiles y sostenidas por las creencias que aprendimos, tendemos a re-crear las personas, las situaciones y los ambientes emocionales de la infancia. Eso no está bien ni mal, es sólo lo que sabemos hacer con el bagaje que tenemos.
Rigen nuestra vida en todos los ámbitos, aunque no tengamos conciencia de ellas. Actúan silenciosamente cada vez que nos enfrentamos a una situación que las dispara.
Las podemos observar habitualmente en las relaciones más cercanas; cuando nos volcamos excesivamente a nuestros padres, o a los hijos, con el deseo oculto de que ellos nos devuelvan lo mismo, o lo reconozcan mínimamente, pero, paradójicamente parece que ocurre justo lo contrario; nunca están conformes con lo que le damos. Entonces nos enfadamos con nosotros mismos y con los demás; con nosotros por considerarnos "tontos por pensar tanto en los demás " y con ellos porque no se dan cuenta.
Hasta que no me percato de que debajo de esas conductas mías de sobreprotección está escondida la creencia de que debo hacer cada vez más por los demás para que me aprecien o me quieran, no cambiaré mi percepción sobre la relación y por ende, mi conducta.
Si pudiéramos ir al origen de cómo se formaron estas ideas de que no soy suficientemente buena como madre, o como hija, seguramente encontraríamos un modelo que he adoptado a partir de ideas que fuí absorbiendo a través de palabras, actitudes e incluso pensamientos de mi entorno.
Cuando somos pequeños generalmente no cuestionamos lo que se nos dice, lo integramos a nuestro archivo mental y pasa a formar parte de los conceptos y creencias que guían nuestras acciones.
Puede también ocurrir con la pareja; habitualmente me encuentro diciendo ¿"Por qué siempre elijo este tipo de hombre... o de mujer.."? ¿Por qué acepto que me haga tal o cual cosa?
Es muy probable que en el ámbito familiar se nos haya dicho que "siempre hay que tener a alguien a tu lado que te ayude", dejando constancia no sólo con palabras, sino con hechos, que esto también implicaba aceptar situaciones indignas e irrespetuosas como insultos, actitudes despreciativas o infidelidades. Por lo tanto, no es nada inusual que nuestras parejas hayan tenido o tengan conductas similares y que nosotros las aceptemos como "normales".
En el ámbito laboral, a pesar de la crisis, siempre pueden surgir posibilidades de ascensos, o nuevas responsabilidades, que implican no sólo incremento del salario sino un avance en la profesión, pero si el miedo me paraliza, si no me siento capaz de superar ese reto, si continuamente me surgen pensamientos tales como "estoy seguro que no doy la talla" o "a mí siempre me pasa lo peor"; las creencias limitadoras están actuando y están frenando mi creatividad, mi espontaneidad para mostrar todas mis potencialidades y es muy probable que pierda esa oportunidad.
Si a partir de ahora decides cambiar las ideas que te hacen experimentar dolor y sufrimiento, puedes hacerlo.
Nadie, ninguna persona, lugar o cosa tiene poder alguno sobre tí, porque en tu mente el único que piensa eres tú... El Universo te apoya totalmente en todo lo que decides pensar y creer. No lo cuestiona ni lo juzga, sólo se limita a reflejar tus creencias en la vida cotidiana.
En nuestra conciencia no sólo tenemos internalizadas las creencias limitadoras sino también, y agraciadamente, las potenciadoras.
Las limitadoras son un freno a la libertad e independencia a la hora de tomar decisiones o de realizar cambios que me beneficiarán.
Las potenciadoras en cambio, son las que me animan e incentivan a evolucionar, a progresar: "soy capaz de lograrlo... siempre he sorteado todas las dificultades... los cambios son buenos... siempre hay algo que aprender...". Me recuerdan que el poder y las decisiones de mis actitudes ante lo que me sucede, ESTÁN DENTRO DE MÍ.
Te propongo liberarte de las siguientes creencias limitadoras que generan experiencias negativas en tu vida y recrear y reforzar las CREENCIAS POTENCIADORAS que te guían hacia el éxito y la prosperidad; ES TU DECISIÓN: 

 1.Deja de ser ingrato.
No importa lo bien o lo mal que te ha ido, levántate de la cama agradecido por tener vida. Hay quienes, en algún lugar, luchan por ella desesperadamente. En lugar de pensar en lo que te hace falta, intenta pensar en lo que tienes y que a muchos les hace falta.
2.Deja de preocuparte demasiado.
Preocuparse no le quita problemas al día de mañana, le quita felicidad al día de hoy. Una manera de saber si vale la pena preocuparse es plantearse la siguiente pregunta: “¿Importará esto dentro de un año? ¿Tres años? ¿Dentro de cinco años?” Si la respuesta es negativa, entonces no vale la pena darle más vueltas al asunto.
3.Deja de culpar a los demás de tus problemas.
La capacidad de alcanzar tus sueños depende de tu capacidad de hacerte responsable de tu vida. Cuando culpas a los demás de lo que te pasa, estás rechazando esta responsabilidad: Le das poder a otros sobre una parte de tu vida.
4.Deja de actuar como si todo estuviera bien cuando no lo está.
Está bien quebrarse de vez en cuando, no tienes que pretender ser fuerte, no hay necesidad de probarle a nadie que todo está perfectamente todo el tiempo. No debería preocuparte lo que los demás piensan. Llora si lo necesitas, es saludable dejar fluir esas lágrimas. Cuanto más pronto lo hagas, más pronto serás capaz de sonreír de nuevo, sonreír de verdad.
5.Deja de seguir el camino más fácil.
La vida no es fácil, especialmente cuando planeas realizarte en algo que vale la pena. No tomes la alternativa más fácil siempre, haz cosas extraordinarias.
6.Deja de intentar que las cosas sean perfectas.
El mundo real no recompensa a los perfeccionistas, recompensa a las personas que hacen las cosas en tiempo y forma.
7.Deja de desperdiciar el tiempo explicando tus razones a los demás.
Tus amigos no lo necesitan y tus enemigos ni siquiera lo creerán. Sólo haz lo que tu corazón te dice que es correcto.
8.Deja de permitir que otros te bajen a su nivel.
Niégate rotundamente a rebajar tus estándares para adaptarte a quienes se niegan a elevar los suyos.
9.Deja de guardar resentimiento.
No vivas tu vida con odio en el corazón. Terminarás lastimándote a ti mismo más de lo que las personas que odias podrían. El perdón no es sólo decir: “Está bien lo que me hiciste”, es poder decir: “No voy a dejar que lo que me hiciste arruine mi felicidad para siempre”. El perdón es la respuesta, déjalo ir, encuentra la paz, ¡Libérate! Y recuerda, el perdón no es sólo para las demás personas, también es para ti mismo. Si debes, perdónate a ti mismo, supéralo e intenta hacerlo mejor la siguiente ocasión.
10.Deja de quejarte y de sentir pena de ti mismo.
La vida tiene sus altibajos por una razón: para moldear tu camino en la dirección correcta para ti. Puede que no veas o entiendas todo en el momento en que sucede, eso puede ser muy duro. Pero recuerda los momentos difíciles que ya has pasado: Casi siempre nos llevan a mejores lugares, personas, estados mentales o situaciones, eventualmente. ¡Así que sonríe! Deja que todos sepan que hoy eres mucho más fuerte que ayer, y así continuarás.
11.Deja de lado los celos.
Los celos son el arte de contar las bendiciones ajenas en vez de las propias. Pregúntate esto: “¿Qué es lo que tengo yo que todos los demás quieren?”
12.Deja de ser pasivo.
No pienses demasiado las cosas o crearás un problema que ni siquiera estaba ahí en primer lugar. Evalúa las situaciones y toma acciones decisivas. No puedes cambiar cuando te rehúsas a confrontar las cosas, el progreso implica riesgo, ¡Punto! No puedes llegar a segunda base si tienes un pie en la primera.
13.Deja de buscar la felicidad exclusivamente en otros.
Si no eres feliz con quien eres por dentro, no serás feliz en una relación de largo plazo con cualquier otra persona. Primero tienes que crear estabilidad en tu propia vida, antes de que puedas compartir la vida con alguien más.
14.Deja de intentar comprar la felicidad.
Muchas de las cosas que deseamos son caras. Pero la verdad es que las cosas que en verdad nos satisfacen son totalmente gratis: el amor, las carcajadas y trabajar en nuestras pasiones.
15. Deja de pasar tiempo con las personas equivocadas.
La vida es muy corta como para gastarla junto a personas que succionan tu energía y felicidad. Si alguien te quiere en su vida, harán espacio para ti, no deberías pelear por un lugar. Nunca jamás insistas con alguien que te pasa por alto. Recuerda que los verdaderos amigos no son necesariamente aquellos que se quedan contigo en los buenos tiempos, sino los que permanecen en las peores situaciones.

¡Que estés bien!!!

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