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domingo, 1 de marzo de 2015

Postergar o Procrastinar

Dejarlo para mañana, empezar un poco  más tarde o hacerlo en otro momento con más tranquilidad son frases y desiciones que abren la puerta de la postergación, la procrastinación, el aplazamiento, la distracción, el fracaso, la culpa y muchas adiciones.
 
Cada postergación resta tu autoestima debido a una doble razón en primer lugar el mensaje de fondo que te das es yo no puedo ahora cuando en realidad si puedes y en segundo lugar porque cuando postergas y no lo haces en ese momento, ni mañana, ni pasado mañana y solo cuando la urgencia o lo inevitable aflora te pones en marcha haciendo que el riesgo de error se dispare y la actividad sea la que sea se convierta en desagradable.
Obviamente  solo aplazas lo postergable porque lo urgente no se puede postergar pero tal vez alli reside la trampa porque muchas veces lo no urgente es precisamente lo más importante y termina convirtiendose en urgente justamente por haber sido postergado. Asi de esta forma pasas a la acción pagando una cuota muy alta de estrés e insatisfacción y con los resultados mediocres que conllevan las prisas de la urgencia, porque donde no pusiste la voluntad, la disciplina y la planificación ahora tienes que poner velocidad,urgencia y apresuramientos.

Procrastinación y postergación son sinónimos y son siempre un indicador de baja autoestima porque denotan inseguridad y desconfianza personal, a veces guardan relación con el perfeccionismo y el miedo al fracaso, pueden acompañar a personas con TDAH y con mucha frecuencia aparecen en la depresión  y con ella crecen y se consolidan. 

Las procrastinación se convierte en un trastorno de comportamiento cuando pasa a ser un hábito de conducta y retrasa las actividades más importantes sustituyendolas por otras irreleventes o más agradables de manera constante o más habitual. La postergación se nutre de la satisfacción inmediata, del placer fácil, la tendencia al abandono y la dejadez, de la ley del menor esfuerzo y el temor al fracaso y al conflicto. Es el caldo de cultivo de muchas de las adicciones del siglo XXI como comer por ansiedad y de manera desordenada, el  sexo compulsivo, las compras impulsivas, prolongar las jornadas de trabajo más alla de lo necesario, estar horas jugando en el casino, leyendo información irrelevante, utilizando el deporte como un escape, pasar horas sentado viendo TV o perdido en internet. Todos estos  distractores adictivos son caramelos venenosos y los complices empalagosos de la postergación, con ellos miras a otro lado en lugar de hacer frente a lo que es verdaderamente importante y asi el malestar, la culpa, la dejadez y el deterioro se van haciendo progresivos y cada vez más invalidantes.

Afortunadamente existen estrategias para hacer frente a la postergación pero ninguna de ellas va a funcionar si no tienes la determinación de llegar hasta el final.

ESTRATEGIAS PARA COMBATIRLA:

1) Toma conciencia de aquellos pensamientos que te llevan a dejar la tarea para después.
2)  Identifica el seductor diálogo interior que te invade y preparate para resistir haciendo caso omiso al mismo de manera inflexible.
3)  Reeduca tu voluntad para que persista la fuerza necesaria y continúe focalizado tu objetivo.
4)  Utiliza un lenguaje motivador y estimulante contigo mismo acerca de lo bien que te vas a sentir cuando hayas terminado la labor.
5)  Si no sabes por donde empezar una actividad y te resulta ardua o penosa por el tamaño o volumen que posee, y sientes que te desborda, primero obten calma y no te desanimes, en seguida divide la misma en subtareas que te ayuden a llevar una secuencia más óptima de logro.
6)  Comienza por alguna tarea sencilla  con el criterio de animar y elevar óptimamente tu desempeño.
7)  Cuando te encuentres en dominio de esta nueva marcha procede entonces a elaborar una guía marcando el orden de ejecución y de prioridad, definiendo bien los tiempos de cada una pues buscaras el cumplimiento adecuado y puntual de los mismos.

Para finalizar aunque es bueno tener un adecuado nivel de exigencias, en ocasiones no hay más remedio que bajar este nivel e intentar ser realistas con las propias capacidades.
Conviene aclarar  que hay épocas en las que uno rinde más, está más centrado, tiene más vitalidad y energía; y sin embargo, otras en las que todo se hace más cuesta arriba.
Esto es muy importante tenerlo en cuenta a la hora de organizarnos y planificar el día porque para organizarse es bueno aprender también a diseñar planes de acción que ayuden a resolver posibles problemas que se nos puedan presentar.
Para ello es conveniente aprender a identificar cuál es realmente el problema, valorar si dispones de recursos suficientes para solucionarlos y por último diseñar un plan para solucionar el problema solos o solicitando asesoría.

En estos casos es muy beneficioso aprender a contar con la ayuda de los demás y no tener miedo a la hora de pedir el apoyo de algún profesional si consideramos que dicho inconveniente nos tiene aún bajo su yugo. 

¡Que estés bien!!!





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