Estoy convencida de que en el mundo
necesitamos más personas que amen lo que hacen, y no que busquen tener más.
Porque cuando encontramos eso que amamos hacer en la vida, nos movemos con una
entrega infatigable y apasionada, que en sí misma es profundamente
gratificante, y que además, por si fuese poco, trae la consecución de objetivos
deseados.
La psicología positiva da perfecta cuenta que el involucrarse y
entusiasmarse con actividades saludables actúan a modo de barrera contra los
trastornos psicológicos. Así por ejemplo un joven o adulto rodeado de afectos,
amistades, deporte, estudio y proyectos o hobbies que ame, no será proclive al
consumo de drogas, riñas ni otras conductas riesgosas, pues su vida estará
llena de hábitos salutógenos y gratificantes que disfruta, los que no dejaran espacio a la patología. Sin embargo, muy probablemente en aquellos sujetos que
tengan excesivo tiempo ocioso no tardará en anidar el pesimismo que tarde o
temprano los llevarán a estados emocionales perjudiciales. De los que a su vez,
eventualmente, buscará escapar mediante placeres vacuos empeñando la vida y pagando un elevado precio de energía que suele mostrar su cara más conocida a través de la escasez de VITALIDAD.
Tratar la Higiene Mental es hablar de un trabajo interior a nivel individual para
mejorar como persona, se trata de educar desde y para la salud,
buscando esparcirla y fortalecerla, cuyas técnicas son de baja complejidad, y
por tanto de fácil y económica implementación. Además, por si fuera poco, al
instalar hábitos salutógenos se obtienen resultados sustentables, es decir, que
perduran en el tiempo. Se trata de tecnologías psicológicas de vanguardia al
servicio, no ya de la industria del marketing y el lucro como estamos
acostumbrados, sino de la educación y el bien común.
A continuación mencionamos 10 Hábitos Salutógenos básicos a considerar en el proceso de cambio:
1- Deja ir a personas que sólo
llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio
de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea
en tu mente.
2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.
3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.
4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.
5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.
6- Tira, recoge y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.
7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.
8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria.
9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.
10- Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.
Promulgar una actitud
proactiva es fundamental para que una persona funcione bien y que las cosas que no nos gustan estén en disposición de
cambiar. Si no nos movemos, no podemos esperar a que la vida cambie y nos
sonría.
¡Que estés bien!!!


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