La
escucha activa es un proceso en el que la persona que escucha se
responsabiliza en comprender tanto el contenido como las emociones, y
también las necesidades implícitas de lo que se cuenta, y después corrobora su
entendimiento con su interlocutor/a.
Por lo
tanto, la escucha activa no es un proceso en el que baste estar ahí y ya
está, sino que yo, como interlocutor tuyo, cuando tú estás
hablando tengo que ser capaz de transmitirte que estás siendo escuchado y
comprendido.
A pesar
de la gran importancia que tiene saber Escuchar Activamente en muchos
contextos, la mayoría de las personas solemos cometer seis errores muy
comunes:
§ 1.- No prestamos atención al tono de la gente
cuando nos habla. Dependiendo del tono
de voz empleado, la misma frase puede transmitir mensajes totalmente distintos.
Hay que prestar atención al tono de voz ya que éste nos ayuda a detectar las
emociones del interlocutor.
§ 2.- Nos metemos en
la conversación uniendo lo que nos dice el interlocutor con algo que
nos ha pasado a nosotros en nuestra vida. Si nos
fijamos, la mayor parte de las veces iniciamos nuestras conversaciones
utilizando las palabras “Yo”, “A mí”. Si aspiramos a practicar una buena
escucha activa intentaremos omitir estas palabras y trataremos de seguir con el
tema que nos esté contando la otra persona prestándole toda nuestra atención.
§ 3.-Adoptamos posturas
corporales incorrectas. Adoptar posturas
excesivamente relajadas, o con los brazos cruzados, con la mirada perdida,
etc., no denotan interés por lo que el otro nos dice. Por ello sería
aconsejable mantener un buen contacto ocular, asentir frecuentemente con la
cabeza, sonreír de vez en cuando, sentarnos con el cuerpo ergido, algo relajado
e inclinado ligeramente hacia delante…
§ 4.-Nos distraemos con elementos del
entorno. Si en nuestro entorno observamos muchos
elementos distractores es preferible que, antes de mantener una conversación,
escojamos con cuidado un lugar con menos estímulos que nos desvíen de nuestra
intención de escuchar al otro.
§ 5.-Damos respuestas cortas o
cortantes.
§ 6.-Cambiamos bruscamente de tema. Es
frecuente que nos desviemos repetidamente de un tema para abordar otro
completamente distinto. Si queremos ser efectivos en nuestras interacciones
comunicativas deberemos darnos cuenta de cuando el siguiente tema que vamos a
abordar tiene o no que ver con el anterior.
PARA
ESCUCHAR ACTIVAMENTE
§
Crea sintonía no verbal con tu
interlocutor/a.
§
Escucha
el contenido del
mensaje. Verifica
que lo has entendido correctamente
sin interpretaciones ni juicios.
§
Escucha
y observa el lenguaje verbal y no verbal de la otra persona, te
darán información acerca de su estado emocional. ¿Cuál parece ser su estado
emocional? Si encuentras dificultad en identificar sus emociones
pregúntate: “Si yo estuviera viviendo esta experiencia
¿cómo me sentiría?” Esta reflexión te proporcionará las claves para
comprender mejor a la otra persona.
§
Identifica
las necesidades insatisfechas o comprometidas de la otra persona, ¿qué es lo que
necesita? ¿qué desea en la situación que describe? Si hace falta, pregúntaselo:
¿Cuál es el objetivo que quieres conseguir en esta situación?
§
Ahora refleja la experiencia de la otra
persona teniendo en cuenta: HECHOS
+ EMOCIONES + NECESIDADES.
§
Continua
validando y reflejando la experiencia de la persona, evitando dar consejos o tu opinión hasta que se
sienta comprendida y escuchada (esto suele ir acompañado de una
resolución emocional, que no hay que confundir con una resolución de la
situación).
BENEFICIOS DE LA ESCUCHA ACTIVA
Al
aplicar la Escucha Activa en nuestras relaciones con otras personas,
comprobaremos que obtenemos una serie de beneficios que pueden
ser sintetizados en dos grandes grupos:
§ Me
permitirá absorber más información, incluso aquella que no me
resulta agradable, la que no me resulta cómoda o la que no me resulta fácil de
entender. Además esta es la forma de escuchar que espera el otro.
§ Haré sentir bien a la otra persona y
esto repercutirá positivamente en mi relación con ella.
Esto es aplicable
a cualquier ámbito en el que me desenvuelva, como en el
trabajo, la vida social, la personal.
Así
pues, escuchando activamente podemos lograr que la otra
persona se sienta bien, que esté cómoda con nosotros, que le inspiremos
confianza y que debido a lo anterior nos dé mayor cantidad de
información.
¡Que estés bien!!!


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