TU
CUERPO…
De hecho, lo único que tienes, en realidad, es tu cuerpo.
Tiene curvas, rectas, pelos, marcas, heridas, callos, arrugas,
granos, manchas. Como todos los cuerpos.
Abrazamos, deseamos, lamemos, mordemos, acariciamos, amamos,
admiramos, envidiamos, echamos de menos otros cuerpos. Y esos cuerpos tienen -a
veces- tripas redondas, pechos pequeños, muslos grandes, celulitis, arrugas,
manchas, granos, pelos... Pero abrazamos, deseamos, lamemos, mordemos,
acariciamos, amamos, admiramos, envidiamos, echamos de menos esos cuerpos.
¿Cómo podemos no amar el nuestro? ¿Cómo han podido convencernos de
que no nos guste nuestro cuerpo?
Despreciar tu cuerpo es como avergonzarte de la tierra en la que
has nacido, de la familia en la que te has criado, de tu gente, de lo que eres.
Si no te gusta tu cuerpo, no puedes gustarte, ni quererte, porque
tu cuerpo es la forma en que te relacionas con el mundo.
Cuida tu cuerpo para vivir más, para sentirte mejor, para explotar
de él todas las capacidades de disfrutar y experimentar que encierra. Pero no
cuides tu cuerpo para responder a la idea que te han impuesto de lo que es un
cuerpo que merece ser querido.
Tus curvas, tus rectas, tus arrugas, tus marcas, tus heridas, tus
manchas, tus pelos, son lo que tu eres. Y si te pasas la vida huyendo de ellas,
no vas a conseguir quererte nunca.
Y entonces te convencerán de que necesitas dietas, cremas,
depilaciones, operaciones, aparatos, maquillajes, fajas, rellenos, para que te
quieran.
Y así quererte un poco.
Pero nadie puede relacionarse desde la libertad y la felicidad con
el mundo, si no le gusta la herramienta que utiliza para hacerlo.
Coge ese cuerpo, desnudo en el espejo, y míralo como miras los
cuerpos que quieres, que deseas, que abrazas, que admiras, que envidias.
Olvídate de todos los mensajes que dicen cómo debería ser y aprende a moverte
con él por el mundo, contenta y orgullosa.
¡Y no dejes que nadie, nunca, se meta con tu cuerpo!
¡Qué estés bien!!!


No hay comentarios:
Publicar un comentario