CONOCIENDO SUS REPERCUSIONES...
La
ansiedad puede medirse a través de tres sistemas:
- Cognitivo (pensamientos)
- Fisiológico (tensión muscular, tasa cardíaca,
conductancia de la piel y tasa respiratoria)
- Conductual (comportamientos)
El
estrés es el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para
la acción. En tiempos remotos el hombre primitivo, ante estas respuestas se
preparaba para la lucha o huída. El problema actual es que estas respuestas son
automáticas y ocurren en el hombre civilizado con una diferencia fundamental:
se producen los mismos cambios fisiológicos, pero con una inhibición o
socialización de la respuesta agresiva. Los órganos viscerales
(cardiovasculares, gastrointestinales, respiratorios, etc.) sufren el impacto,
al no ocurrir una adecuada descarga motora del sistema músculo-esquelético.
Esto se da cuando las demandas del entorno psico-social son excesivas, intensas
y/o prolongadas, superando la capacidad de resistencia y adaptación del
organismo, y llegando al DISTRES o mal estrés. Cuando a una persona se le hace
sobrepasar el punto óptimo de la curva de rendimiento-activación, comienza un
descenso de sus respuestas hasta llegar al fracaso adaptativo.
Durante este período de descenso de rendimiento la persona se siente ansiosa, irritable, con insomnio, con alteraciones del estado de ánimo, y disminución del rendimiento psico-físico y del apetito, se siente cansado desde la mañana.
Los síntomas que podemos sentir cuando estamos muy ansiosos son:
A nivel fisiológico:
Durante este período de descenso de rendimiento la persona se siente ansiosa, irritable, con insomnio, con alteraciones del estado de ánimo, y disminución del rendimiento psico-físico y del apetito, se siente cansado desde la mañana.
Los síntomas que podemos sentir cuando estamos muy ansiosos son:
A nivel fisiológico:
- Contracturas musculares: en la columna vertebrar,
en los hombros, en el cuello, nuca y mandíbula; si la tensión es muy
intensa puede extenderse al resto del cuerpo.
- Taquicardia: sentir los latidos del corazón más
fuerte que lo habitual.
- Dolor precordial: dolor en el pecho; si la
tensión es muy intensa y de larga data puede llevar a problemas en el
sistema cardiovascular.
- Problemas gastrointestinales: contispación,
diarrea, dolores en la boca del estómago o en el abdomen y sensación de
hinchazón en el abdomen; si la tensión es muy intensa y de larga data
puede ocasionar problemas crónicos.
- Dolor de cabeza.
- Mareos y sensación de inestabilidad.
- Problemas respiratorios: intensifica las crisis
asmáticas.
- Problemas dermatológicos: causar o agravar
problemas en la piel, como por ejemplo: alergias.
A
nivel cognitivo:
- Sentirse emocionalmente ansioso y/o deprimido:
pensamientos que conducen a estar preocupado, tensionado y vislumbrando un
porvenir no del todo bueno.
- Sentirse mal consigo mismo e inútil por no poder
resolver problemas cotidianos.
- Tener pensamientos perturbadores y
desorganización en el razonamiento.
- Miedos.
- Angustia.
- Sensación de estar perturbado o de estar
volviéndose loco.
A
nivel conductual:
- Cambios en el carácter.
- Irritabilidad.
- Cambios en las actividades de rutina diaria.
Si usted siente algunos de estos síntomas, lo primero que debe hacer es estudiar su frecuencia e intensidad mediante un registro cotidiano de cuando le sucede. En el caso de que varíen en frecuencia e intensidad dependiendo de las circunstancias que vive y de su estado de ánimo; es muy probable que necesite ayuda para aprender a relajarse.
Lo primero que puede ir haciendo, mientras se contacta con un psicólogo, es realizar actividades de ocio que le resulten placenteras.
Consejos útiles
- Bajar el ritmo respiratorio; en
situaciones de estrés la respiración se vuelve más alta y rápida.
- Escuchar música que lleve a nuestra mente a estados emocionales placenteros.
- Hacer ejercicio físico.
- Realizar actividades creativas.
- Dedicar tiempo a charlas con amigos.
- Masajes y caricias generan estados de
relajación.
- En algunos momentos del día,
levantarse de la silla y hacer movimientos para disminuir la tensión acumulada.
- Ver la foto de un ser querido.
- Estar en ambientes que nos contacten
con luz natural.
- Sentirnos bien con nosotros mismos. Un
modo de poder construir esta sensación es realizar una anotación todos los días
con tres cosas positivas que hayamos realizado durante la jornada. Luego,
ampliarla cada día y leerla varias veces en el día o cuando necesitemos darnos
una inyección de ánimo.
- Hacer las anotaciones anteriores en
momento de estrés también ayuda a llevar la atención a estímulos placenteros.
Estar atentos cada día para generar
espacios en donde la cordialidad sea una regla a cumplir.
¡Qué estés bien!!!


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