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domingo, 14 de abril de 2019

REVISANDO LO AUTOMÁTICO


¿QUIÉN SOY YO AHORA? 

Somos mucho más que nuestra mente.

Nuestra mente es un instrumento que nos sirve para pensar. 
Por lo tanto, nuestros pensamientos sólo son un producto de nuestra mente.
Dejar que la mente funcione de forma automática y genere pensamientos sin que intervengamos de forma consciente, nos conduce solo a sobrevivir.

El cerebro en la más pura y simple forma de neuronas dispuestas a conectarse entre sí, con todo el potencial para generar los caminos detonando las sinapsis entre dendritas y neuronas. Un mundo entero de posibilidades para crecer, un ejército completo de elementos dispuestos a llevar a cabo lo aún inimaginable. Así se encuentra en un inicio esa materia gris alojada en el cráneo de todo ser humano al nacer.

En forma casi inmediata, la información comienza a llegar en forma de impulsos eléctricos aparentemente desorganizados, de señales aún confusas que parecieran no decir nada, pero que en base a la repetición van generando un código que describe el mensaje claro de la posibilidad de aprender, de aprender a comunicarse con su contenedor, su vehículo, su complemento.
Porque así como la idea es la nada hasta que se lleva a cabo, así mismo el cerebro es inútil sin su complemento el cuerpo humano. Algunos movimientos serán incondicionales, involuntarios e innatos, el llanto, el grito, el sudor, las palpitaciones y el funcionamiento básico del cuerpo. Lo necesario para sobrevivir está asegurado en una especie de programa plataforma "pre cargado de fabrica". De ese grupo de órganos "autónomos" que parecieran trabajar sin instrucción previa se desprenden un par de sacos grises que bien pudieran requerir de un poco de instrucción, me refiero a los pulmones, que pueden ser controlados por momentos y estresados por instantes con el fin de producir más o menos aire al hablar, gritar o pujar, pero después de aquí, mas nada. Todo lo demás será aprendizaje, puro y limpio, posibilidades para todos, aprovechadas por algunos. Instrucciones que se amontonan solicitando preferencia, apuntándose en la lista de los que solicitan la audiencia del señor controlador, del que todo lo rige y todo lo racionaliza, ahí está nuestro amigo de nuevo, esa materia de gris que con suerte llegará a pesar dos y medio kilos en su edad madura; El cerebro.
La información es abundante, el camino es largo y lleno de "sorpresas", el cerebro se enfrenta a grandes retos, ¿Como asimilar tantas cosas? ¿Cómo comprender el siempre cambiante entorno? ¿Cómo poder discriminar lo nuevo de lo ya conocido? Son algunos de los muchos retos que nuestro amigo e inseparable compañero buscará vencer mientras corra sangre oxigenada por sus muy irrigadas venas y arterias.

La solución es sencilla, aunque a su vez arroja situaciones sumamente complicadas para el cuerpo; se aprende y se utiliza la experiencia, se establecen patrones que se archivan ordenadamente, para "ASUMIR" de ahí en adelante "PRONOSTICANDO" lo que ocurrirá después de la presencia de "X" suceso, en un intento "A VECES" exitoso por eficientar el uso del tiempo y procesar solamente lo que parezca nuevo y relevante. Extiendes la rodilla y después el pie, bajo tu planta un piso firme, das un nuevo paso cuidando el más mínimo detalle, la elevación correcta y lograr avanzar aproximadamente un metro más, solo para iniciar de nuevo el proceso, hasta que este se repite varias veces sin encontrar información nueva relevante, entonces surge el sistema, se discrimina información, se enfoca en cosas "mas importantes" y automatiza el proceso para caminar sin más problema, se "ASUME" que el piso estará ahí al siguiente paso casi como se asegura que el aire estará presente ante la siguiente bocanada del mismo que se nos ocurre tomar.

El tiempo transcurre y los eventos se acumulan, así como el caminar, el respirar, unos muchos se repiten con frecuencia y logran así su paso a la "Automatización" a ese grupo de "procesos" automatizados en los que se asumen las variables como constantes. Otros cuantos "procesos" aparecen pocas veces, sin embargo tienen un impacto tan fuerte y producen tal segregación de químicos en el cerebro que conllevan al registro inmediato de la acción. Si "A", entonces "B" y se sienta como precedente en el archivo de los "pronósticos" del tenedor de libros de nuestro pensamiento.
El tiempo sigue su marcha, el cuerpo camina por todos lados, hasta que un día, el pie se encuentra con un tope y el cuerpo entero se cae de bruces, la información entera se cuestiona, el sistema presenta cambios, el entorno fue cambiante, habrá que ver con cuidado y aprender de lo ocurrido.
Solo encuentro un problema, una caída se nota, te duele, identificas el porqué de inmediato, el pie, la prisa, el entorno. 
¿Pero qué pasa con todos aquellos aprendizajes que han sido convertidos en automáticos por nuestro amigo en un intento por agilizar el proceso ?

¿Qué tal si hay cosas de las que soy capaz, pero en algún momento me sentí incapaz de hacer? ¿Qué tal si hoy he cambiado, YO? ¿MI ENTORNO? ¿MIS POSIBILIDADES?

Convendrá revisar frecuentemente, aquello que pienso de mi mismo, aquello que asumo de mi entorno y todo aquello que doy por conocido.
Tal vez me descubra poderoso, capaz de hacer lo que creí imposible, de liberar mis amarras, de emprender vuelos a nuevas alturas, de seguir creciendo, de poder VIVIR.

Todo se encuentran en un cambio constante, y yo soy parte del todo, si todo cambia y yo cambio, ¿Porqué me rijo por las reglas del ayer? Y entonces me pregunto, ¿De qué seré capaz hoy y que aún no me se capaz de lograr, hacer, construir, vencer?
Necesitamos conocer nuestros mecanismos mentales para decidir libremente cómo queremos percibirnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea.
¡Qué estés bien!!!


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